¿Realmente va a aumentar la frecuencia en autos?

car crash

Como todos sabemos, el negocio del seguro de automóviles lleva varios años instalado en una verdadera guerra de precios. Obviamente, la guerra es a la baja. En este tiempo nos hemos habituado a las reducciones de prima por pertenecer a éste o a aquél grupo, a las ofertas 2×1, a negociar reducciones de prima antes de la renovación… En fin a que los clientes consigan todo tipo de ventajas con tal de que se queden. El precio ha sido un factor fundamental para la retención de clientes.

Esta situación, no se escapa a nadie, puede dar lugar a situaciones de infratarificación y a la consiguiente generación de carteras en pérdidas. Hasta la fecha la situación ha sido soportable debido a una reducción de coberturas y a la efectiva reducción de la siniestralidad que ha permitido soportar, mal que bien, el actual nivel de las primas. Pero en nuestro mercado se ha instalado el run run, una pregunta que se formula a media voz:

¿Quién aguantará cuando la siniestralidad repunte? 

La siniestralidad en automóviles puede aumentar por dos razones: un incremento de los costes medios y un aumento de la frecuencia. Sobre el incremento de los costes medios y la aparición del nuevo baremo de indemnizaciones por daños personales trataremos en otro post; ahora nos vamos a centrar en ese previsible aumento de frecuencia del que todos hablan y que casi todos ligan a la posible mejora de la situación económica (les sugiero tecleen en google news “salida de la crisis” y lean las noticias sin arquear las cejas). Hay una serie de factores que, según los entendidos, han contribuido a la reducción de la siniestralidad de los últimos años; veamos si una eventual salida de la crisis hará que esos factores  contribuyan a aumentarla. Además, hay otros factores que, ligados a una mejora de la economía, más que aumentar la frecuencia, pueden ayudar a reducirla:

  • La implantación del carnet por puntos:realmente no parece que una salida de la crisis vaya a mover al legislador a reconsiderar esta medida que tanto ha contribuido a una reducción de siniestralidad. 
  • Mejora de las vías de comunicación:la mejora de las vías de comunicación en tiempos de bonanza contribuyó a una reducción de la frecuencia de siniestros. Pero una vez metidos de lleno en la crisis se ha constatado una reducción de fondos para reparación y mantenimiento de vías: por lo tanto, si a algo pudo contribuir la crisis fue a un aumento de la frecuencia, no a su reducción. Pensamos por ello que una eventual salida de la crisis y el paralelo aumento de la inversión en carreteras no contribuirá a aumentar la frecuencia sino a todo lo contrario. 
  • Mantenimiento del vehículo:si a algo pudo contribuir la crisis fue a un aumento de la frecuencia derivado del defectuoso mantenimiento de los vehículos (prueba de ello es que ya no nos sorprenda la venta de neumáticos de segunda mano) Por tanto, una eventual mejora de la economía y un consiguiente aumento de la inversión en el mantenimiento y renovación de los vehículos no contribuirá a aumentar la frecuencia sino a todo lo contrario. Además, es previsible que tengan algún efecto de reducción de siniestralidad las medidas que se vienen apuntando para tratar de retirar de la circulación los vehículos que, a consecuencia de la crisis, circulan sin haber pasado la ITV. 
  • Reducción del uso del vehículo: en tiempos de crisis los asegurados utilizan menos el vehículo y, al estar menos expuestos al riesgo, reducen la frecuencia con que tienen accidentes. Esto se ha detectado tanto en el uso particular como comercial del vehículo. Este factor sí puede llevar a un aumento de la frecuencia. No obstante, si se generalizasen en el futuro los sistemas de tarificación en función del seguimiento del uso del vehículo (“pay as you drive” y similares), un aumento del uso debería llevar a un proporcional incremento de primas y, por tanto, a que la siniestralidad no aumente en aquellas aseguradoras que apliquen tales métodos de tarificación.
  • Mayor contratación de seguros a todo riesgo y eliminación de franquicias:en tiempos de crisis, los tomadores optaron por reducir las primas mediante la eliminación de coberturas (en especial la de daños propios, mal llamada “todo riesgo”) y la introducción de franquicias. Se supone que una mejora de la economía moverá a muchos de esos tomadores a recuperar parte de su anterior nivel de cobertura, recuperando garantías no contratadas y reduciendo o eliminando las franquicias. En efecto este escenario aumentaría la frecuencia de siniestros pero no debe afectar a la siniestralidad ya que el aumento de garantías debería llevar a un paralelo incremento de las primas. El ratio de siniestralidad, que compara el coste de los siniestros con las primas, no debería verse afectado.

En definitiva, permítanme que sea tan escéptico con un inminente aumento de frecuencia como muchos lo son en relación con la propia salida de la crisis (dediquen unos minutos a leer lo que aparece cuando se teclea “salida de la crisis” en google y, si realmente quieren pasar un rato entretenido, escriban junto a esa frase las palabras “falacia” o “tomadura de pelo”)

Si a alguien se le ocurren más razones por las que en fechas cercanas puede producirse el temido incremento de la frecuencia, se agradecerán sus aportaciones…

Justo Jiménez Fuentes – Director General de Glarus Ibérica

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